Caja plagada de etiquetas
relacionadas con el comercio justo (Fairtrade), con la agricultoraecológica y hasta con la de compromiso de cuidar los bosques (FSC),
pero apenas pone nada del café, para lo que hay que ir a la web del
fabricante, que hace una breve descripción diciendo que es un
café exprés con mucho cuerpo, acidez y sabor equilibrados y una
ligera nota de regaliz, información que amplía un poco
argumentando que un aroma fuerte es característico del Café
Royal Espresso. Notará un aroma agradablemente refinado junto con
una acidez afrutada y fresca y un toque de regaliz. Pruébelo con
unos esponjosos buñuelos; está bien eso de la recomendación de
maridaje, pero salvo algunas breves características organolépticas
como lo de la 'acidez afrutada' y el 'toque de regaliz' ―toque que
yo cambiaría por una ligera ceniza alimentaria― no dice mucho,
nada de orígenes ―casi imperdonable en un café de agricultura
ecológica―, nada de tipos... sí se nos dice en caja la
intensidad, 7 sobre 10, y el servicio recomendado, 40 ml, es decir,
espresso. A pesar de la poca información, la verdad hay que
reconocer que es un café magnífico, eso sí, muy caro, el precio
está por encima de la mayoría de cápsulas Nespresso
originales.
La
presentación es una caja pequeña y rectangular, en cartón
reciclado con apariencia de caja de embalaje; lleva unos pequeños
detalles en rosa y un logotipo, bastante grande, de la marca en el
mismo color. Dentro hay sueltas, con una distribución muy
optimizada, 10 cápsulas, con un troquelado no muy usual en las
cápsulas compatibles, de color fucsia intenso.
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