La
caja es una fuente de información sobre el producto que vamos a
encontrar en el interior, desde la variedad ―100% arábica―, el
origen ―Colombia, en la web se especifica que en las zonas de Inca
y Cauca―, el proceso ―lavado―, el tostado medio-alto ―aunque
no se mencione intensidad numérica, que podría ser bien un 8-9― y
la forma de trabajarlo ―sólo mujeres y de forma sostenible―.
Dice el fabricante que con evidente
sensación en la boca, el primer impacto de bayas mixtas se
transforma en toques finos de mermelada de naranja y cacao. El sabor
que deja es una reminiscencia de caramelo y almendras con notas de
piña en almíbar,
quizás, por suerte, un poco exagerado, porque tanto dulzor
produciría diabetes sólo con leer, y sí hay notas de piel de
naranja, de frutos secos tostados y de cacao, que le dan un sabor
complejo, lleno de matices, pero también hay su dosis de amargor que
hacen que el café resulte muy compensado en boca. También se nos
dice que este café es una
elección de primera calidad y una compra ética y sostenible,
explicando que las
compras al Proyecto del Café de las Mujeres, café cultivado desde
una granja a cargo de mujeres en Colombia, promueven la igualdad de
género y la igualdad social. Este programa tiene los siguientes
objetivos: la educación, el acceso a la atención sanitaria, la
vivienda digna y la agricultura sostenible,
algo digno de elogio. Bastante caro, pero merece la pena, tanto por
su calidad en el producto como en lo social.
La
caja es bonita y tiene un aire vintage, con un fondo de un tramado
de tejido blanco, con variados tipos de letra, algunos gráficos de
un sombrero y de granos de café en dorado y una banda marrón que
emula la banda de un sombrero con un grano de café dorado que sirve
como cierre de ésta. Dentro hay 10 cápsulas de color marrón toffee
con tapa plateada con patrón de sombreros negros, todas ellas dentro
de una bolsa de papel de plata.
No hay comentarios:
Publicar un comentario